domingo, 2 de octubre de 2016

HINS ASHAR



El jueves 29 de septiembre dentro de los encuentros culturales con Alma visitamos un pueblo de las alturas, IZNÁJAR, un pueblo que me pareció más hermoso de lo que yo imaginaba. Es un pueblo perfecto, de una blancura maravillosa, esta encalado hasta el frenesí y con un carácter secreto que recuerda los romances de García Lorca. Ese grupo de gente encantadora que son los amigos de Alma de la UMA, me acompañó durante la visita juntos fuimos hasta la Torre más alta, a 533 metros de altura y rodeado por el rio Genil y el arroyo de Priego.  Hay en esa torre un azulejo con un poema de Rafael Alberti que le dedicó en 1925 y dice así:


"Prisionero en esta torre, prisionero quedaría. / (Cuatro ventanas al viento). / -¿Quién grita hacia el norte, amiga? / -El río, que va revuelto. / (Ya tres ventanas al viento). / -¿Quién gime en el sur, amiga? -El aire, que va sin sueño. (Ya dos ventanas al viento). -¿Quién suspira al este, amiga?/ -Tú mismo, que vienes muerto. / (Y ya una ventana al viento). / -¿Quién llora al oeste, amiga?/ -Yo, que voy muerta a tu entierro. / ¡Por nada yo en esta torre / prisionero quedaría!".

Andar por estos alegres lugares en los que nunca antes había visitado me produce siempre ese estremecimiento propio de encontrarme en un lugar con una vasta historia.
Al regreso de Iznájar volviendo por los geométricos dibujos que se abren entre los olivos de la extraordinaria sierra cordobesa, no dejaba de pensar en el origen de las palabras árabes que nos mencionó la extraordinaria guía municipal que nos acompañó:
Hins ashar// Castillo alegre o pendenciero.




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